¿Por qué algunas personas sudan más? Hablemos de genética y sudoración

Fecha
5 diciembre, 2024

¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas apenas sudan mientras otras parecen estar siempre en un sauna? La respuesta no siempre está en el clima o en la actividad física: en muchos casos, la genética tiene un papel clave. Nuestro ADN influye en la cantidad de sudor que producimos, junto con otros factores ambientales. Pero, ¿qué significa realmente esto y qué podemos hacer para mantener la sudoración bajo control? Lee este artículo completo y explora cómo la genética y el entorno afectan cuánto sudamos. 

 ¿Qué papel juega la genética en la sudoración?

La cantidad de sudor que producimos no es del todo aleatoria: nuestros genes tienen mucho que ver. Desde el tipo y la cantidad de glándulas sudoríparas hasta la forma en que nuestro cuerpo responde al calor, la genética influye en cada aspecto de la sudoración:

  • Cantidad de glándulas sudoríparas: Algunas personas heredan una mayor cantidad de glándulas sudoríparas, lo que las predispone a sudar más que otras.
  • Sensibilidad al calor: La genética también determina en parte cómo responde nuestro cuerpo al calor. Algunas personas sudan al mínimo cambio de temperatura, mientras que otras tienen una reacción más moderada.
  • Respuesta al estrés y la actividad: Además de la genética, el cuerpo puede desarrollar una respuesta de sudoración intensa ante el estrés o el ejercicio según ciertos rasgos hereditarios.
  • Adaptación a climas ancestrales: Las personas con antecedentes de climas cálidos a menudo tienen un sistema de sudoración más desarrollado, ya que sus ancestros dependían de esta adaptación para regular el calor corporal.

Además, ¿qué crees que sucede cuando la genética y las condiciones del ambiente se unen? No dejes de leer 

Factores ambientales que afectan el sudor

Además de la genética, el entorno y las condiciones ambientales pueden amplificar la respuesta de sudoración del cuerpo. Aquí te explicamos cómo:

  • Adaptación climática según la región: Los cuerpos de personas que han vivido en climas extremos, ya sea muy cálidos o fríos, suelen desarrollar una mayor sensibilidad a los cambios de temperatura en comparación con quienes viven en zonas templadas. Esto afecta la frecuencia y cantidad de sudoración.
  • Humedad ambiental: En climas húmedos, el sudor no se evapora tan fácilmente como en climas secos, lo cual puede hacer que las personas suden más en un intento de enfriar el cuerpo. Esta falta de evaporación intensifica la sensación de calor y sudoración.
  • Exposición prolongada al sol o calor: Estar constantemente expuesto a altas temperaturas (como en trabajos al aire libre) hace que el cuerpo «aprenda» a activar las glándulas sudoríparas de forma más rápida para evitar el sobrecalentamiento.
  • Altitud y oxigenación: En zonas de alta altitud, el cuerpo tiene menos oxígeno disponible, lo cual puede afectar su capacidad de enfriamiento y hacer que algunas personas experimenten un aumento en la sudoración para intentar compensar esta falta de oxigenación.

¿Conoces las causas más comunes de la sudoración excesiva? 

Causas de sudoración excesiva

La sudoración excesiva puede tener causas tanto naturales como médicas. Aunque algunas personas sudan más debido a su genética o factores ambientales, hay otras razones que también pueden aumentar la producción de sudor:

  • Condiciones de salud subyacentes: Algunas enfermedades, como las alteraciones en la tiroides o el desequilibrio hormonal, pueden causar una sudoración excesiva inesperada. Estas condiciones interfieren con la regulación de la temperatura corporal y activan las glándulas sudoríparas de manera exagerada.
  • Factores hormonales: Cambios hormonales importantes, como los que ocurren en la pubertad, el embarazo o la menopausia, pueden provocar que el cuerpo produzca más sudor de lo habitual.
  • Reacción a ciertos medicamentos: Algunos medicamentos tienen efectos secundarios que incluyen la sudoración intensa. Esto es común con ciertos antidepresivos y medicamentos para reducir la fiebre o el dolor, ya que afectan el sistema nervioso y la termorregulación del cuerpo.
  • Condiciones emocionales: El estrés y la ansiedad pueden ser detonantes importantes de sudoración. En momentos de alta presión, el cuerpo libera adrenalina, lo que activa las glándulas sudoríparas como parte de la respuesta de “lucha o huida”.

¿Quieres conocer algunas estrategias para controlarlo? Continua aquí 

Cómo controlar el sudor excesivo

Existen diferentes métodos para mantener el sudor bajo control. Desde ajustes en tu rutina hasta el uso de productos específicos, aquí te comparto algunas estrategias:

  • Prácticas naturales para reducir el sudor: Beber agua a temperatura ambiente a lo largo del día ayuda a estabilizar la temperatura corporal sin generar una respuesta de sudoración intensa. También es recomendable evitar alimentos picantes y bebidas con cafeína, que tienden a activar las glándulas sudoríparas.
  • Ropa adecuada: Optar por telas transpirables como algodón o lino y colores claros puede hacer una gran diferencia, ya que estas prendas permiten que el aire circule, evitando el sobrecalentamiento del cuerpo.
  • Perspirex para el control del sudor: Para quienes buscan una solución efectiva, Perspirex ofrece un antitranspirante clínico que reduce significativamente la cantidad de sudor, proporcionando una protección duradera en áreas como axilas y manos.
  • Evitar situaciones de estrés innecesarias: El estrés y la ansiedad son desencadenantes comunes del sudor, así que practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda, ayuda a mantener la calma y reducir la sudoración.

La sudoración es un proceso natural y necesario para regular la temperatura corporal, y tanto la genética como el entorno influyen en cuánto sudamos. Aunque algunos factores, como nuestros genes, no pueden modificarse, existen múltiples estrategias para gestionar el sudor y sentirnos más cómodos en nuestro día a día. Desde ajustes en la rutina hasta productos como Perspirex, que ofrecen una solución eficaz, es posible encontrar un equilibrio entre aceptar nuestra predisposición genética y controlar el sudor cuando es necesario.

Preguntas adicionales que podrían interesarte:

¿Los genes realmente determinan cuánto sudamos?
Sí, los genes juegan un papel importante, aunque no son el único factor. Las variaciones genéticas pueden influir en la cantidad de glándulas sudoríparas y en cómo responde el cuerpo al calor o al estrés, lo que impacta en la sudoración.

¿Es posible heredar una tendencia a sudar más de un lado de la familia?
Sí, si uno de tus padres tiene una predisposición genética a sudar más, es probable que heredes parte de esa tendencia. La genética familiar influye en varias características físicas, incluida la sudoración.

¿Pueden las personas de la misma familia sudar de manera diferente?
Absolutamente. Aunque los genes familiares tienen un rol, cada persona hereda una combinación única que, junto con factores ambientales, puede hacer que su respuesta de sudoración varíe.

¿La genética afecta en qué partes del cuerpo sudamos más?
Sí, la genética puede influir en dónde es más activa la sudoración, como las palmas, axilas o rostro. Esta predisposición se da debido a diferencias en la distribución de las glándulas sudoríparas.

¿Hay alguna manera de cambiar la predisposición genética a sudar?
Aunque no podemos cambiar nuestros genes, es posible controlar la sudoración con productos específicos y ajustes de hábitos. Perspirex, por ejemplo, es una opción que permite reducir la cantidad de sudor en zonas problemáticas.

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